La capital de Hungría esconde en 
sus entrañas muchas sorpresas que todo espectador puede disfrutar sin cansarse demasiado gracias a su eficaz transporte público. Y es en el lado de Pest donde el amarillo del tranvía número 2A se refleja en el Danubio azul durante un recorrido panorámico casi en línea recta paralela a las aguas.
En el paseo ribereño que corre a lo largo del Danubio por el lado de Pest existe un lugar tradicional para citas y caminatas. Bordeado de hoteles y restaurantes de categoría muestra el perfil más pintoresco del mítico río. Allì, situada entre los puentes de Erszébet y de Szabadság, frente al castillo de Buda pero del lado de Pest encontramos una de las estatuas de bronce más populares de Budapestt. La estatua data de 1990, es de tamaño natural y se la conoce como Kiskirálylány. Su autor es el reconocido artísta húngaro László Marton.
La Princesita (Kiskirálylány) es una visita obligada con foto incluida (si consigues el castillo y el tranvía de fondo, tienes la estampa perfecta).
La obra de László Marton le gustó tanto al principe Carlos de Inglaterra que, durante su visita a Budapest, invitó al autor a exponer alguna de sus obras en Londres.
Parada Vigado Ter del tranvía Nº 2A.
sus entrañas muchas sorpresas que todo espectador puede disfrutar sin cansarse demasiado gracias a su eficaz transporte público. Y es en el lado de Pest donde el amarillo del tranvía número 2A se refleja en el Danubio azul durante un recorrido panorámico casi en línea recta paralela a las aguas.En el paseo ribereño que corre a lo largo del Danubio por el lado de Pest existe un lugar tradicional para citas y caminatas. Bordeado de hoteles y restaurantes de categoría muestra el perfil más pintoresco del mítico río. Allì, situada entre los puentes de Erszébet y de Szabadság, frente al castillo de Buda pero del lado de Pest encontramos una de las estatuas de bronce más populares de Budapestt. La estatua data de 1990, es de tamaño natural y se la conoce como Kiskirálylány. Su autor es el reconocido artísta húngaro László Marton.
La Princesita (Kiskirálylány) es una visita obligada con foto incluida (si consigues el castillo y el tranvía de fondo, tienes la estampa perfecta).
La obra de László Marton le gustó tanto al principe Carlos de Inglaterra que, durante su visita a Budapest, invitó al autor a exponer alguna de sus obras en Londres.
Parada Vigado Ter del tranvía Nº 2A.
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